martes, 7 de marzo de 2017

Mary Wollstonecraft.

Harta de las pocas posibilidades laborales que se le ofrecía a una mujer, Mary decidió dedicarse a la escritura e intentar conseguir dinero por sus palabras. Era una opción arriesgada y así se lo hizo saber a su hermana Everina: Voy a ser la primera de una nueva especie. Tiemblo de pensar en el intento.

Mary Wollstonecraft se atrevió a defender la igualdad entre hombres y mujeres. No sólo rechazaba el supuesto tradicional que definía de manera diferente las naturalezas femenina y masculina, sino que afirmaba con gran convencimiento que las mujeres no se desarrollaban más intelectualmente porque se les vetaba el acceso al conocimiento.

A pesar de que sus primeros escritos defendían las virtures cristianas, con el inicio de la Revolución Francesa sus ideas se fueron radicalizando y derivando hacia una defensa de la razón por encima de la fe.

A partir de su muerte y la sacada a la luz de sus memorias y hasta más de un siglo permaneció la imagen de una mujer que había roto con las normas establecidas, manteniendo relaciones fuera del matrimonio y dando a luz a hijos ilegítimos. Era el ejemplo que no se debía seguir.

A finales del siglo XIX y gracias a otras escritoras como Virginia Woolf, las ideas y creencias en la igualdad de hombres y mujeres que tiempo atrás había defendido Mary Wollstonecraft fueron rescatadas del olvido. Las corrientes feministas del siglo XX hicieron suyas sus palabras de defensa de los derechos de la mujer.

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